lunes, 13 de agosto de 2012

Se presentó el Documental de Moisés de Lebensohn en Mar del Plata



El IML junto al Instituto Igualdad Más Democracia, la Regional Mar del Plata de la Franja Morada y la Juventud Radical presentaron el viernes 10 de agosto en el Aula de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata el documental sobre la vida de Lebensohn.

Se trata de un cortometraje inspirado en el libro Moisés Lebensohn, el hombre que pudo cambiar la historia del ex Diputado Nacional, José Bielicki, quien compartió un panel con su realizador, Leandro Querido y el Presidente del Instituto Moisés Lebensohn Hernán Rossi y fueron presentados por organizador del acto, el Concejal de la UCR, Maximiliano Abad.
Precisamente, Abad destacó “la importancia de rescatar a Lebensohn, un hombre de vital importancia para el radicalismo nacional, pero fundamentalmente para el bonaerense. Lebensohn nació en Bahía Blanca y actuó políticamente en la ciudad de Junín, de la cual fue Concejal”, señaló.
Rossi, a su turno, dijo que “la vigencia de Lebensohn, de su pensamiento y de su obra pública, estableciendo un puente entre quienes lo conocieron -el video cuenta con importantes testimonios- y la significación que tiene para las generaciones más jóvenes, quienes tienen hoy el desafío de seguir construyendo un radicalismo popular”, expresó.
Querido hizo hincapié en la “necesidad de fortalecer la presencia del radicalismo en la historiografía argentina”, al tiempo que destacó que “la importancia de hacerlo en formatos atractivos para las nuevas generaciones, fundamentando así la idea de contar la vida de Lebensohn mediante testimonios audiovisuales”, exclamó. Finalmente, Bielicki, “rescató el testimonio de varios de los protagonistas del material audiovisual, contemporáneos a Lebensohn”, al tiempo que resaltó su figura, afirmando que “todo hubiera sido distinto en la dura historia argentina del siglo XX, si Lebensohn no hubiera muerto tan prematuramente. Estas razones, su sentido ético, su profunda vocación por los derechos sociales y pasión por lo nacional, le dan plena vigencia a Lebensohn hoy, como contracara de la mentira, corrupción, desprecio por las instituciones que hoy lleva a la República al desbarranco”, finalizó el autor.

Más información en la web del IML

martes, 7 de agosto de 2012

El río y la muerte.



El río y la muerte.


En un pueblo de los adentros de un México machista y prepotente dos familias se disputan no se sabe bien qué; hay, sin dudas, una causa original pero ya nadie la tiene presente; pelean, se vengan, se matan, y se vuelven a matar porque sobre ellos se ha impuesto una rutina de odio implacable.

El río y la muerte es el título de una película de uno de los realizadores más importantes del cine de todos los tiempos, se trata de Luís Buñuel. Filmada en 1954 relata la particular costumbre de los habitantes de este pueblo de matar por nada. Y allí está la figura de un ancho río que separaba ese pueblo de odio de un monte tupido y virgen. La costumbre indicaba que había dos maneras de llegar al monte: vivo o muerto. El que era asesinado atravesaba el río como protagonista de una canoa negra de sepelio, el que mataba debía cruzarlo a nado para perderse definitivamente entre la vegetación. Todos mataban pero nadie ganaba, era la muerte o la desolación; aún conociendo las irremediables consecuencias todos mataban.

Por las costas rioplatenses dos familias políticas han decidido trasladar al resto de la comunidad su odio y prepotencia. Mueven todas sus piezas con la intención de destruir al otro. Una familia tiene un discurso más belicoso, la otra presenta otro de tono, en apariencia, componedor pero que a todas pruebas es falso y capcioso.

El resto de la comunidad fue tomando partido. La presión que estas dos familias ejercen hacia abajo obligan a muchos a decidirse: de un lado o del otro. De esta manera la violencia y la prepotencia se incrustaron en las charlas y en las acciones de gran parte de la sociedad; casi todos asumieron como propia una disputa que les era ajena.
Otro sector de la sociedad trató de permanecer al margen pero el combate fue tan grande que no tardó en meterse de prepo en sus vidas.

Y así pasaron los años y muchos logros que esta pequeña sociedad había logrado alcanzar antes de que toda esta guerra comenzara se fueron perdiendo.
Todo empeoró cuando una de las familias, al frente del gobierno de la Nación, decidió orientar todos sus recursos en un ataque furtivo a la familia que gobernaba la Ciudad.
Esta decidió también atacar con todo lo disponible a mano, y en vez de gestionar se propuso reemplazar a la familia que gobierna en la Nación en unas distantes elecciones.
Un día la Ciudad y la Nación pelearon tanto que todo se paralizó. Ningún habitante pudo ir a trabajar, ningún niño pudo ir a su escuela.
Un odio atiborrado de pequeñas y grandes complicaciones se apoderó de los habitantes de ese pequeño pueblo. Ese día se produjo un cambio que pasó casi inadvertido para las dos grandes familias. Ese día los habitantes entendieron que pueden aspirar a más, que pueden ser ciudadanos pero que para que eso ocurra deberán dejar de asumir disputas ajenas como si fueran propias.

Y fue ese día en el que se selló el destino inmediato de estas dos familias; era solo cuestión de tiempo, ambas debían cruzar el río empujadas por la lucidez de una comunidad que cambió, que no quiso perecer.

Poco importa si lo atraviesan a nado o en una negra canoa, el final de los que odian siempre será el mismo.