martes, 1 de mayo de 2012

Despegar.gov


320 días viajando por el exterior se pasó Mauricio Macri desde que es Jefe de Gobierno de la Ciudad.
Luego de la tormenta, cuando las aguas se aquietaron nos enteramos de que Macri estaba en San Martín de los Andes, que su ad later, Horacio Rodríguez Larreta se encontraba en Miami y Carolina Stanley, Ministra de Desarrollo Social, en Punta del Este. Ninguno de estos funcionarios decidió adelantar sus respectivos viajes, algo que fue reprochado por otros ministros y funcionarios que debieron poner la cara ante tal descalabro.
Un legislador del socialismo se quejaba, a través de su cuenta en Twitter, de que los integrantes más relevantes de este gobierno no vivían en la ciudad de Buenos Aires. Los casos más llamativos son los del Ministro de Hacienda Horacio Grindetti, que dedica mucho de su tiempo a hablar de su querida Lanus y que de hecho fue candidato a intendente por este distrito en las últimas elecciones y María Eugenia Vidal que tiene su morada en Morón.
Los integrantes de este gobierno no usan corbatas, usan camisas de tonos cálidos, se muestran felices ante la vida, desestructurados y reticentes ante la “gente tóxica” que reclama o denuncia por las condiciones en la cuales vive. Y por sobre todas las cosas le rinden culto al modo de gestión part-time. Primero se disfruta la vida, luego se conforman los equipos que trabajarán por ellos.
En definitiva se sigue abordando a la Ciudad como si fuera un trampolín para otras candidaturas menoscabando la noción de gestión y sobre todo de transformación.

En una meditada puesta en escena, Macri siempre irrumpe en la arena pública como “candidato a presidente”; en conferencias de prensa prefabricadas intenta polemizar por los grandes problemas del país y del mundo, aparece hablando de temas que no hacen a la gestión en sí. Fue así que se mostró alarmado por el proyecto del Ejecutivo con relación a la expropiación del 51% de las acciones de YPF y tomó prestada, por los pocos minutos que duró esta conferencia de prensa, la base argumental de Repsol y del gobierno del Partido Popular.

Ahora bien, es evidente el deterioro de la calidad de vida en la Ciudad de Buenos Aires siendo los motores de esta situación el desmanejo del Subte, el incumplimiento por parte del Gobierno de la Ciudad de la Ley de Basura Cero, que hace que nos hayamos acostumbrado a convivir con la basura en las calles, y el descontrol de las construcciones amparadas por la complicidad de la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro.

Buenos Aires reclama una gestión que esté a la altura de esta maravillosa ciudad que crece y se transforma sin pausa, no por decisión de encumbrados dirigentes sino por que está en su naturaleza. Se necesita un gobierno local. Y esto no es una deshonra. Un Jefe de Gobierno que pueda pasearse por el mundo mostrando lo que hizo y no inventando agenda, escondiendo infinitos viajes que no tienen otro fin que el ocio y el placer.
Políticos con vocación de servicio, especializados y apasionados por los temas de Buenos Aires escasean como los recursos hidrocarburíferos. Ahora bien, lo que sí parece agotarse definitivamente es el tiempo de los dandys, de los políticos casual de la ingestión.